Invertir en personas que genuinamente te aman.
Ayer, hablé con un gran amigo y me di cuenta de lo afortunado que soy. Espero, genuinamente que todos encuentren personas que siempre se alegren de verlos. Que cuando estén junto a ellos, sus ojos se llenen de emoción y sobre todo, que les demuestren que en su vida son importantes.
En mi vida he construido relaciones que me gustaría mantener tanto tiempo como la vida me lo permita. Asimismo, he aprendido (y sigo aprendiendo) a soltar vínculos en donde, desafortunadamente, pasaba lo contrario. He descubierto que las conexiones más enriquecedoras son aquellas en las que puedo ser yo mismo y en donde me siento inspirado a convertirme en un mejor ser humano. Tengo amigos que incluso en mis peores momentos, con un mal carácter, o tomando decisiones y acciones erróneas, se quedaron a mi lado. Mi agradecimiento a estas personas es eterno. Hoy, logro entender que, recibes lo que das. Y aunque sé que muchas veces he fallado y no siempre he sido perfecto, aspiro a que dentro de mis amistades y vínculos de cualquier tipo, puedan expresarse de mí, al igual que yo de ellos.
Me siento afortunado, creo que he logrado construir relaciones sanas. Y he logrado sentir la felicidad que trae consigo el ser amado y apoyado por personas que te aman. Además, he encontrado personas increíbles que todos los días me inspiran y me ayudan a ser mi mejor versión. Aunque, para sorpresa de nadie, no siempre ha sido así. También, he construido relaciones donde la inconsciencia, el miedo a lo desconocido, y la repetición de patrones me llevaron a estar ahí. Llegué a relacionarme con las personas equivocadas y ni siquiera me di cuenta del daño que me estaban causando hasta que transcurrió un muy largo periodo de tiempo. La triste realidad, es que no todas las personas aportan de manera positiva a nuestra vida y en rara ocasión, cuestionamos si realmente nos gustaría construir una relación con esa persona y si nos suma a nuestro desarrollo personal.
Este nuevo año, tengo la meta de seguir priorizando mis vínculos personales y profesionales, y seguir creciendo junto a ellos. Estoy aprendiendo a cuestionar positivamente aspectos dentro de algunas de mis relaciones y apunto a poder relacionarme de mejor manera con las personas que amo. Aquí, he escrito algunas cosas que a mí me han funcionado. Como siempre, toma lo que te sirve y suelta lo demás.
Es imposible relacionarse (sanamente) sin antes haberse conocido a uno mismo. El primer paso siempre, es el trabajo personal. En el mundo ideal, antes de pensar en relacionarnos, deberíamos de conocernos. La realidad, es que no siempre pasa esto. Es por eso que tomar pequeños pasos en pro de conocernos, marcará una diferencia en las nuevas relaciones que hagamos y sin duda, impactará positivamente nuestras actuales conexiones. Si no tenemos cuidado y no nos tomamos el tiempo de conocernos, seguiremos tropezando con el mismo error una y otra vez. Enfrentarse a uno mismo, hacer el trabajo y cuestionarse, jamás es fácil, pero sin duda, tener el coraje de hacerlo, cambiará por siempre tu vida y tus relaciones para siempre.
Valores
Empezar por definir nuestros valores es una de las acciones más poderosas y transformadoras que podemos tomar. Cuando logramos identificar lo que representamos, y los valores que encarnamos día tras día, es casi como tener una brújula en la mente, si una situación, persona, o relación no se alinea con lo que representamos, nos es más fácil alejarnos. Tener valores claros, nos hace relacionarnos de manera honesta, sana y nos evita perder tiempo en relaciones y situaciones que no nos suman.
Desarrollar y definir valores, no es una tarea sencilla. Por fuerza, conlleva una profunda reflexión y también, tiempo. Es por esto que creo que una de las mejores decisiones es empezar con pequeñas acciones. Realizar pequeñas acciones tangibles, durante un largo tiempo, puede transformar nuestras vidas. Empezar por preguntarte quién no quieres ser es una de las acciones que más me ha ayudado. Es decir, si no te gusta que te mientan, no mientas y no te relaciones con personas que mientan. Si crees que los vicios te están limitando, no te relaciones con personas que alimentan tus vicios. Descubrir quién NO eres, es descubrir quien SI eres.
Las relaciones son un apoyo, no una solución.
Si bien he explicado la importancia de las relaciones y lo mucho que me han ayudado, también entiendo que, nadie puede hacer el trabajo por ti. Debemos de entender que las relaciones y los vínculos son un apoyo, y nada más. Esto implica entender que no dependes de ningún tipo de relación para ser feliz, realizar actividades, o convertirte en quien eres. Aunque, ciertamente, las relaciones te pueden inspirar, la realidad es que nadie puede obligarte a hacer el trabajo que se necesita hacer. Nadie te va a sentar a leer o a estudiar, nadie te va a obligar a correr, y nadie te va a poner a dieta. Entender que únicamente dependes de ti, y de nadie más es liberador. Al no necesitar de alguien para hacer algo, implica que si quieren estar y aportar, está perfecto. En cambio, si no quieren estar, no nos limita. Entender que las personas vienen a sumar, más no a llenar, es fundamental para poderte relacionar sanamente. Relacionarte desde la dependencia, pensar que dependes de alguien para tomar alguna acción o decisión, es una fórmula casi perfecta para el fracaso de esa relación.
Al relacionarnos debemos de entender que las personas que te aman, están ahí para escucharte, apoyarte y alentarte, no para resolver tus problemas. No cometamos el error de creer que una persona nos va a salvar, o llenar. Incluso si estuvieras completamente solo, jamás dejarías de ser quien eres. Nadie te puede quitar tu autonomía e independencia.
Soltar
Muchas veces convertirte en la persona que quieres ser, implica soltar a todas esas personas que ya no aportan a tu vida. Quizás esta puede ser una de las cosas más difíciles a las que se enfrenta un ser humano. Soltar y cortar personas de nuestra vida es difícil, muchas veces hemos compartido recuerdos, experiencias y mucho tiempo juntos. Pero la realidad es que debemos de ser duros con nuestros límites. Y esto, implica ser asertivo y tajantes en nuestra propia vida. La única manera en que los humanos han logrado llegar a algún lugar, es dejando algo atrás. — Y no, no hablo de soltar personas que quizás están atravesando alguna crisis. No me refiero a esas relaciones que en el mismo fluir de la vida están pasando un mal momento. — Son esas relaciones que te lastiman incluso después de que les expresaste tu dolor, esas que te drenan, esas en las que tienes que esconder quien eres. Donde tus emociones y necesidades son invalidadas. Cuando las personas no quieren cambiar o no les importas, te lo demuestran.
Debemos de entender que por más que quieras enseñarle algo a una persona, hay personas que simplemente no quieren aprender. No hay acción, oración o palabra que pueda hacer cambiar a una persona que no quiere cambiar. Entonces, aunque doloroso, realmente es sencillo identificar a las personas que debemos soltar. Las personas que más miedo nos da soltar, usualmente, son las mismas que debemos de soltar. No podemos esperar que alguien cambie, porque eso no está en nuestro control. En nuestro control está el soltar, aprender, madurar y finalmente, continuar.
Tómate tu tiempo
Construir relaciones de verdad toma tiempo, pero más importante aún es decidir con quien crear estas relaciones. Darte el tiempo para reflexionar que es lo que aporta esa persona en tu vida, puede cambiar la manera en la que te relacionas. Es muy común relacionarte con personas que no te aportan, usualmente es a causa del miedo a la soledad. Sin duda, hay innumerables casos de personas que entran incluso a relaciones profesionales sin cuestionar si esa persona comparte una visión ética similar a la suya. Al primer dilema ético, estás relacionas se quebrantan y rara vez, continuan. Otro de los casos más comunes es el terminar una relación para entrar rápidamente otra, sin vivir tu duelo. Cuando las personas no se toman el tiempo para vivir un duelo, no aprenden y no confrontan sus propios errores, para después crecer. Normalmente, hace que terminen en una relación donde solamente les dicen lo que quieren escuchar. De esta manera es más fácil evitar el trabajo que saben, tienen que hacer. No es raro que al pasar unos meses o incluso años, cuando la emoción de la novedad se esfuma, se encuentran los mismos patrones que decidieron evitar, haciendo el problema aún peor. Por eso es que se trata la enfermedad, no los síntomas.
No dedicar el tiempo para pensar en los vínculos que nos gustaría construir, por defecto, invita a nuestra vida relaciones que no nos nutren. Si nos conformamos con relaciones donde por comodidad o miedo, toleramos comportamientos que quizás no nos agradan, o donde incluso, en lugar de recibir críticas constructivas y apoyo, únicamente recibimos halagos superficiales, corremos el riesgo de estancarnos en relaciones superficiales. Siempre es importante tener en mente que, la comodidad a corto plazo, siempre trae consigo consecuencias a largo plazo. Al únicamente aceptar conexiones conocidas, estamos renunciando a lo que potencialmente, podrían ser relaciones auténticas. Tomar el tiempo es darse cuenta que, hay suficientes personas con quien construir relaciones, hay suficientes negocios, oportunidades y amistades donde existen vínculos profundos, amor y apoyo genuino. A todos tarde o temprano nos alcanzan nuestras decisiones, intentemos que nuestras decisiones hoy que en un futuro traerán desarrollo.
Acciones no palabras
La única manera de desarrollar relaciones sanas es con acciones concretas. Las palabras y los pensamientos sin decir o demostrar a nadie le sirven. En cambio, un genuino acto de amabilidad, hablar con la verdad y el simple pero poderoso, acto noble de estar, forjan vínculos duraderos y auténticos. Cuando aprendemos a dar sin esperar recibir nada a cambio, creamos una relación donde la confianza y la seguridad son los cimientos para desarrollarnos.
La mejor manera de recibir amor, siempre es dando amor.
Espero, de corazón que logres construir relaciones en donde encuentres paz y donde seas apreciado y amado por quien eres. Enfrentar nuestras propias barreras mentales y cuestionarnos para conocernos, nos ayudará a vivir una vida auténtica y rodeada de personas que amamos.
Si tienes algún consejo, que creas puede servirme, por favor házmelo saber.
Hasta la próxima, abrazo.