Hamburgo, 2024.
En Hamburgo tomé la mejor cerveza que he tomado. Más que la cerveza, fue la experiencia detrás de ella.
Venía de un viaje que me hizo aprender más de lo que pensaba,
AMABILIDAD ES EL TEMA Y LA HOST.
Ahí estaba, a mitad de la noche en un bar al que estoy seguro jamás regresaré porque aunque quisiera, no podría reconocerlo. Su nombre y su ubicación son un misterio para mi y prefiero que así se quede. Algunas cosas son mejor que se queden como recuerdo.
Sin embargo, en un país lejos de casa, con poca pila en mi teléfono y sin creerme del todo en donde estaba, lo mejor que pude hacer fue buscar un bar y estar conmigo mismo.
En un bar a las 12 de la noche caí en realización de lo poco importante que era todo lo que creía que era importante. Con dos cervezas en el estomago y 18 kilómetros de caminata alrededor de Hamburgo me di cuenta.
Mi primera lección mientras viajaba solo fue lo diminuto que era. Richard Feynman, sin embargo decía que en la inmensidad del cosmos no somos más que un gusano.
Venía de un viaje pesado en Amsterdam en donde aunque disfruté, me dediqué a aprender lo que es viajar solo con dos maletas en un país
Una de mis ciudades favoritas de Europa. La gente es cálida a diferencia del clima y la arquitectura es rica como la historia de la ciudad. El centro de la ciudad es hermoso y la cercanía con otras ciudades hizo de Hamburgo un lugar perfecto para pasar año nuevo.
Quizás la única ciudad que caminé de punta punta y que desearía hubiera tomado más fotos.



